sábado, 2 de noviembre de 2013


 Comiénzase a tratar en este capítulo de la fundación del glorioso San José de Santa Ana en  la ciudad de Burgos. Díjose la primera misa a 8 días del mes de abril, octava de Pascua de  Resurrección, año de 1582.(1).

 

La fundación de un convento de carmelitas descalzas en la ciudad de Burgos fue muy deseada por Madre Teresa. Lo dice ella expresamente:

“ Había más de seis años que algunas personas de mucha religión de la Compañía de Jesús, antiguas y de letras y espíritu, me decían que se serviría mucho nuestro Señor de que una casa de esta sagrada Religión estuviese en Burgos, dándome algunas razones para ello que me movían a desearlo. Con los muchos trabajos de la Orden y otras fundaciones, no había habido lugar de procurarlo”.

Fue la última Fundación. Por el año 1580 pasó por Valladolid don Cristotal Vela, que había sido destinado como Arzobispo de Burgos y con él se entrevistó M.Teresa.Le anticipó su deseo de hacer una fundación en Burgos.Y su amigo el obispo de Palencia se lo pidió expresamente” El dijo,- escribe la Fundadora-, que daría la  licencia muy de buena gana para fundar un monasterio...porque él conocía lo que se  servía en ellos nuestro Señor...Así me dijo el obispo que por la licencia no quedase. Que el se había holgado mucho de ello. Y como no traía el concilio que se dé por escrito, sino que sea con su voluntad, ello se podía entener por dada”.

En Burgos había una señora, Catalina de Tolosa, vizcaina, de 43 años de edad, viuda de un mercader burgalés, de quien tuvo nueve hijos, seis niñas y tres varones.La piadosa viuda organizó su casa como si fuese un convento.Las hijas rezaban con ella el oficio divino, y hacían sus horas de oración y ejercicios de penitencia. Confesaban con los jesuitas.Informada de los conventos que fundaba M. Teresa, se inclinaron todas a tomar ese modo de vida.Le pidieron que fundase en Burgos. Pero como se retrasaba, las dos hijas mayores pidieron ser admitidas en el convento de Valladolid, y las otras dos fueron admitidas en el de Palencia.

Cuando Catalina de Tolosa pasó por Palencia, la Madre le encargó buscase una casa alquilada para tomar  la posesión, y fundar en ella su convento de descalzas.

 Pero ,- dice la Madre-, pareció que era mejor hacer primero lo de Palencia, como estaba más cerca y por ser el tiempo tan recio y Burgos tan frío, y por dar contento al buen obispo de Palencia. Y así se hizo como queda dicho. Y como estando allí se ofreció la fundación de Soria, pareció, pues allí se estaba todo hecho, que era mejor ir primero y desde allí a Soria”.

La fundación del glorioso San José de Santa Ana en  la ciudad de  Burgos se complicó más de lo esperado. Lo más dificil fue obtener la licencia por escrito  del Arzobispo, aunque la había dado ya de palabra.

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