viernes, 13 de septiembre de 2013


 
 
 
 
 
 
 

Fundación de la villa de Caravaca. Púsose el Santísimo Sacramento, día de año nuevo del mismo año de 1576. Es la vocación del glorioso San José (2).

 Seguimos  con la narración que la Fundadora dejó escrito en el capítulo 27 de su libro sobre las Fundaciones:

. Yo, como vi el deseo y hervor de aquellas almas, y que de tan lejos iban a buscar la Orden de nuestra Señora, hízome devoción y púsome deseo de ayudar a su buen intento. Informada que era cerca de Beas, llevé más compañía de monjas de la que llevaba porque, según las cartas, me pareció no se dejaría de concertar, con intento de, en acabando la fundación de Beas, ir allá.

Mas como el Señor tenía determinado otra cosa, aprovecharon poco mis trazas, como queda dicho en la fundación de Sevilla; que trajeron la licencia del Consejo de las Ordenes de manera que, aunque ya estaba determinada a ir, se dejó .
 Verdad es que, como yo me informé en Beas de adónde era y vi ser tan a trasmano y de allí allá tan mal camino, que habían de pasar trabajo los que fuesen a visitar las monjas, y que a los prelados se les haría de mal, tenía bien poca gana de ir a fundarle. Mas porque había dado buenas esperanzas, pedí al padre Julián de Avila y a Antonio Gaytán fuesen allá para ver qué cosa era, y si les pareciesen, lo deshiciesen. Hallaron el negocio muy tibio, no de parte de las que habían de ser monjas, sino de la doña Catalina, que era el todo del negocio, y las tenía en un cuarto por sí, ya como cosa de recogimiento.

El P. Julián informó que la disposición que hallamos es la mayor que se ha visto en ninguna de las fundaciones.

Las monjas estaban tan firmes, en especial las dos, digo las que lo habian de ser, que supieron tan bien granjear al padre Julián de Avila y Antonio Gaytán, que antes que se vinieron dejaron hechas las escrituras , y se vinieron dejándolas muy contentas; y ellos lo vinieron tanto de ellas y de la tierra, que no acababan de decirlo, también como del mal camino. Yo, como lo vi ya concertado y que la licencia tardaba, torné a enviar allá al buen Antonio Gaytán, que por amor de mí todo el trabajo pasaba de buena gana, y ellos tenían afición a que la fundación se hiciese. Porque, a la verdad, se les puede a ellos agradecer esta fundación, porque si no fueran allá y lo concertaran, yo pusiera poco en ella.


Madre Teresa había delegado en sus amigos y colaboradores Julián de Ávila y Antonio Gaytan, y le facilitaron tanto esta Fundación que la dejaron prácticamente terminada. Antes de marcharse, Incluso dejaron firmadas unas escrituras el 18 de marzo de 1575 sobre asuntos económicos.

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