sábado, 3 de agosto de 2013










La fundación del Glorioso San José del Carmen de Segovia.1574 (1)

Después de haber fundado el monasterio de Salamanca y el de Alba de Tormes y antes que quedase con casa propia el de Salamanca, el padre maestro fray Pedro Fernández, que era comisario apostólico  entonces,mandò a Madre Teresa de Jesús por tres años al Monasterio de  La Encarnación de Avila, del que había salido en 1562 para fundar el de San José.

Sin dejar de ser Priora en la Encarnación, programó y realizó la fundación de Segovia.Envió por delante a Julián de Ávila para solicitar la licencia del Obispo, que la dio de palabra.De Avila, el 18 de marzo de 1574, salió la Madre con cinco monjas, dos capellanes y unos mozos de ayuda. Aunque Julián de Ávila le había advertido lo peligroso que era llegar a Segovia sin la licencia por escrito, la Madre le aseguró que el  monasterio se inauguraría al día siguiente, fiesta de San José.

Entraron en Segovia ya anochecido intencionadamente. Se dirigieron al Mesón del Aceite, y mandaron desde allí aviso a doña Ana de Ximena, que se presentó inmediatamente. Los condujo a la casa alquilada, que previamente había aderezado, como mejor pudo. La casa estaba en la parroquia dse San Andrés,a la calle de Almuzara. De noche, a la luz de un candil, dispusieron las habitaciones. Prepararon una capilla, y al amanecer dijo Misa el P. Julián De Avila y puso el Santísimo.

Escuchemos a la Fundadora: “Tenía la licencia del Obispo que estaba entonces, cuando lo quiso el lugar, de palabra, que lo dijo a un caballero que lo procuraba por nosotras, llamado Andrés de Jimena, y no se le dio nada tenerla por escrito, ni a mí me pareció que importaba. Y engañéme, que como vino a noticia del Provisor que estaba hecho el monasterio, vino luego muy enojado y no consintió decir más misa y quería llevar preso a quien la había hecho, que era un fraile Descalzo que iba con el padre Julián de Avila  y otro siervo de Dios que andaba conmigo, llamado Antonio Gaytán”.Seguidamente había celebrado Misa fray Juan de  la Cruz y el canónigo Juan de Orozco.

Sigue el texto de la Madre Teresa: “No se quiso ir el Provisor de nuestra iglesia sin dejar un alguacil a la puerta, yo no sé para qué. Sirvió de espantar un poco a los que allí estaban. A mí nunca se me daba mucho de cosa que acaeciese después de tomada la posesión; antes eran todos mis miedos. Envié a llamar a algunas personas, deudos de una compañera que llevaba de mis hermanas , que eran principales del lugar, para que hablasen al Provisor y le dijesen cómo tenía licencia del Obispo. El lo sabía muy bien, según dijo después, sino que quisiera le diéramos parte, y creo yo que fuera muy peor. En fin, acabaron con él que nos dejase el monasterio, y quitó el Santísimo Sacramento . De esto no se nos dio nada. Estuvimos así algunos meses, hasta que se compró una casa, y con ella hartos pleitos”.

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