viernes, 12 de julio de 2013

                   


DOMINGO XV DEL TIEMPO ORDINARIO: Dia 14  de julio

En este domingo nuestra reflexión se centra en la parábola del  buen samaritano.Precisamente el pasado día 8 el Papa Francisco en su oportuno viaje a la isla de Lampedusa, donde lloró la muerte de tantos inmigrantes africanos que perecieron en el mar, sin poder llegar con vida a tierra, Para ellos pidió el oficio del buen samaritano. "Aquellos de los que hablaba Jesús en la gran parábola del Samaritanovemos el hermano medio muerto al borde del camino,y quizas pensamos "pobrecito" y seguimos nuestro camino, decimos no nos compete,y por eso nos quedamos tranquilos, La cultura del bienestar que nos lleva  a pensar en nosotros mismos, nos hace insensibles al grito de los otros, y nos hace vivir en pompas de cristal".

   El evangelio de hoy nos recuerda que “obras son amores y nó buenas razones”.  Amor a Dios y al prójmo, expresado en obras.Eso hizo el buen samaritano.- Primero amor  a Dios,con toda el alma, con todas las fuerzas.-. El primer mandamiento es “amarás a Dios sobre todas las cosas”. Dios es lo primero y, a partir de El, se ilumina toda la realidad.. La entrega total a Dios , a imitación de Jesucristo, es necesaria para que el seguimiento de Cristo no sea algo aparente y acabe en fracaso.  La vida cristiana se basa en la actitud radical del corazón.Ese mismo es el verdadero centro del misterio de Jesús: su coloquio con Dios Padre y la aceptación total de su voluntad. Esa es la fuente y el centro de todas las actividades de Jesús: su predicación, las curaciones ,los milagros, todo sale de ese centro, de su ser con Dios Padre. Y por eso este evangelio nos enseña que el centro de la fe y de nuestra vida es la primacía de Dios. “Amarás a Dios sobre todas las cosas”.

            Y el amor a Dios lleva consigo el amor al hombre, porque el esplendor de Dios se refleja en el rostro del hombre, imagen de Dios. El que no ama al hombre a quien ve, no puede amar a
Dios a quien no ve. Se nos recuerda la inseparable relación entre amor a Dios y amor al prójimo. Ambos están tan estrechamente entrelazados, que la afirmación de amar a Dios es en realidad una mentira si el hombre se cierra al prójimo o incluso lo odia. El amor del prójimo es un camino para encontrar también a Dios, y cerrar los ojos ante el prójimo nos convierte también en ciegos ante Dios. Todos los mandamientos dados por Dios se reducen a uno: el mandamiento del amor, “ el nuevo”.Pues el que ama al prójimo no le debe más. La caridad es por tanto, la ley en plenitud.

        De ello nos dió ejemplo supremo e inconfundible Jesucristo, que hizo visible el amor de Dios invisible: “Sabiendo que había  llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo”. Pone toda su vida al servicio de los hombres, se pone en sus manos tan absoluta y radicalmente que  acepta morir por ellos en la cruz. Esta es su señal y “ obras son amores”.-

            Aquel samaritano que encontró a un hombre herido, atropellado al borde del camino, no pasó de largo, se detuvo, lo curó sus heridas, le dio de comer, y se ofreció para hacer por él todo lo que  necesitara.- Mi prójimo es cualquiera que tenga necesidad de mi y que yo pueda ayudar. Mi prójimo es una persona concreta. Aunque se extienda a todos los hombres, el amor al prójimo no se reduce a una actitud genérica y abstracta, poco exigente en sí si misma, sino que requiere mi compromiso práctico aquí y ahora. El amor cristiano, el mandamiento nuevo del amor al prójimo, tiene un modo específico,  amor con obras, remediando las necesidades conretas y reales de nuestro prójimo.- Este es el amor que nos renueva , y nos hace ser hombres nuevos, intérpretes de un cántico nuevo. Este amor fué el que practicaron  los apóstoles, y los primeros que se incorporaron a la Iglesia y han seguido incorporándose a ella a lo largo de los siglos, por todas las partes del mundo....La señal de Dios, el amor, es el indicativo eficaz de la llegada del mundo nuevo, del que nos habla la segunda lectura: cuando se implante en el mundo la civilización del amor, habrá “un cielo nuevo y una tierra nueva..., se realizará la morada de Dios con los hombres”.- Y al final de la vida nos examinarán del amor, del amor con que hayamos hecho las cosas. Esto es lo único necesario y siempre nuevo, el amor. Todo lo demás pasa y se hace viejo.

-La señal por la que conocerán que sois discípulos mios será que os amais unos a otros”.- Todo el mensaje de Jesucristo, toda su enseñanza se condensa en el amor  aDios y en el amor al prójimo.- Aunque no tuviéramos conocimiento de las demás palabras de Jesús, estos dos amores contienen toda su enseñanza que se resume en el mandamiento nuevo.- Sin la novedad de la palabra del mandamiento del amor no habría novedad en las demás palabras o mandamientos de Jesucristo. Todas las palabras, todos los hechos acaecidos en la vida de Jesucristo son eco y expresión o testimonio de esos dos amore.


 

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