martes, 12 de marzo de 2013










                     
                               FUNDACIÓN DEL CONVENTO DE SAN JOSÉ, DE ÁVILA

                                      El provincial mudó parecer y el confesor la mandó olvidarlo (4)

Pues estando los negocios en este estado y tan al punto de acabarse, que otro día se habían de hacer las escrituras, fue cuando el padre provincial  mudó parecer y la prohibió fundar. Como él no lo quiso admitir, luego el confesor la impuso como penitencia que no volviese a hablar del asunto de su fundación, y hasta su mismo monasterio de la Encarnación seguía obstinado en contra de la fundación  que pretendía llevar a efecto su monja Doña Teresa de Ahumada. La escuchamos:

Fueron tantos los dichos y el alboroto de mi mismo monasterio, que al provincial le pareció recio ponerse contra todos, y así mudó el parecer y no la quiso admitir. Dijo que la renta no era segura, y que era poca y que era mucha la contradicción, y en todo parece tenía razón; y, en fin, lo dejó y no lo quiso admitir. Nosotras ( la Santa y Dª Guiomar de Ulloa), que ya parecía teníamos recibidos los primeros golpes, dionos muy gran pena; en especial me la dio a mí de ver al provincial contario, que, por quererlo él, tenía yo disculpa con todos. A mi compañera ya no la querían absolver si no lo dejaba, porque decían era obligada a quitar el escándalo.

El confesor me mandó no entendiese más en  ello, con que sabe el Señor los grandes trabajos y aflicciones que hasta traerlo a aquel estado me había costado. Como se dejó y quedó así, confirmose más ser todo disparate de mujeres y a crecer la murmuración sobre mi con habérmelo mandado antes mi provincial (Vida 32, 15).

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