lunes, 17 de diciembre de 2012











                                                   DOMINGO DE    ADVIENTO B IV

 En las vísperas de la Navidad, nos mantenemos a la escucha de la palabra de Dios que nos ha ofrecido el evangelio evocando a la santísima Virgen. Debería ayudarnos a contemplar nuestro mundo con una mirada diferente; a interpretar cada acontecimiento de la vida como palabra que Dios nos dirige; como signo de su amor que nos asegura su cercanía en toda situación , y a prepararnos a recibirle cuando venga en la majestad de su gloria al encuentro de cada uno de nosotros. Desde esta perspectiva, toda nuestra vida es  adviento, es decir, un tiempo de expectación y de esperanza, un tiempo de escucha y reflexión. Dejándonos guiar por la liturgia que nos invita y nos prepara  para el encuentro con nuestro Señor. Es Dios amor quien tuvo piedad de nosotros,   y  decidió  salir a nuestro encuentro,enviando a su Hijo como nuestro Redentor. Ante tan gran misterio de amor, surge espontaneo nuestro agradecimiento,a imitación de la Virgen María, y a gozarnos como ella en el Señor.

Volvamos al evangelio   Al saludo de María, su prima Isabel le contesta;”Bendita tu entre las mujeres…: dichosa tú,que has creido, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá”. La respuesta de la Virgen al angel había sido también una respuesta de fe::”Aquí está la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra”. “María nos dice: ¡Ten la valentía para atreverte a decir si a Dios! Inténtalo.No tengas miedo de El.¡Atrévete a apostar por la fe!.¡Ten la valentía de apostar por la bondad.¡Ten la valentía de arriesgar con el corazón puro!¡ Comprométete con Dios, y, entonces, verás que tu vida se hace grande e iluminada,  sino llena de infinitas sorpresas, pues la bondad infinita de Dios no se agota nunca. Sólo el hombre que se confía totalmente a Dios encuentra la verdadera libertad, la grandeza creativa de la libertad para el bien. El hombre que se orienta hacia Dios no se hace más pequeño, sino más grande, pues gracias a Dios, grande y poderoso, y junto a El crece, se hace divino,se convierte verdaderamente en si mismo”.

Disponibilidad total a la voluntad de Dios, que quiere siempre lo mejor para nosotros.

Si miramos al mundo que nos rodea, a los que no tienen fe,  podemos ver que al independizarse de Dios,  se cae en la esclavitud, que el mal envenena siempre, no eleva al hombre, sino que lo rebaja y lo humilla, no le hace más grande , más puro , sino que le perjudica y le hace ser más pequeño.

La respuesta de la Virgen fué absoluta :”Aquí está la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra”.- Aprendemos de ella su testimonio de disponibilidad total, de entrega, de abandono pleno a la voluntad de Dios. Mujer de fe, de silencio y de escucha.

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