domingo, 14 de octubre de 2012




SANTA TERESA Y SAN JUAN DE ÁVILA

Este año tenemos el gozo de rendir homenaje a San Juan de Ávila y a santa Teresa conjuntamente el mismo día. Las Carmelitas de nuestro Monasterio de la Encarnación le pidieron a Don Demetrio, Obispo de Córdoba, que permitiera traer hasta aquí las reliquias del Apostol de Andalucía, recientemente declarado Doctor de la Iglesia. Ambos obispos, el de Ávila y el de Córdoba, acordaron que dichas reliquias sean acogidas en nuestra Catedral, hoy domingo, 14 de octubre, y sean veneradas a las diez de la noche con una vigilia de jóvenes, que han término de la misma, las traerán a este Monasterio de la Encarnación. Y en nuestra iglesia cantaremos, a las 8 de la mañana del día 15, fiesta de santa Teresa, Laudes presididos por el Rector del Seminario y todos sus alumnos.

El día  17, a las 6 de la tarde, Misa y Acción de Gracias por el Doctorado. Y el  dia  18. a las 6 de la tarde, Misa y despedida de las reliquias de San Juan de Ávila.

Expresamos de este modo la relación que ambos santos tuvieron en vida. Nuestra Santa había oído hablar de que el Maestro Juan de Ávila era un santo y guía espiritual de muchas almas. Y por eso, deseaba que leyese su libro de la Vida, que criticaban algunos por haber transcrito visiones y hablas que había recibido directamente de Dios, para que le diese su opinión, de la que se fiaría por completo. Al fin consiguió que un propio llevase en mano los folios manuscritos del libro de la Vida al pueblo de Montilla (Córdoba), donde residía Juan de Ávila.

Lo leyó atentamente y le escribió a la Madre Teresa de Jesús una extensa carta de aprobación, en la que comienza diciendo que  su lectura le ha servido de provecho, le ha consolado y edificado. Textualmente sigue diciendo: “La doctrina de la oración está buena por la mayor parte, y muy bien puede vuestra merced fiarse de ella y seguirla; y  en los raptos hallo las señas que tienen los que son verdaderos. El modo de enseñar Dios  al ánima, sin imaginación y sin palabras interiores ni exteriores, es muy seguro, y no hallo en él qué tropezar”.

“Y mirando ser las palabras conforme a la Escritura divina y a la doctrina de la Iglesia, me parece de las que en el libro están ser de parte de Dios. Paréceme, según del libro consta, que tales visiones y hablas de Dios le han aprovechado a su ánima¸especialmente le han hecho más conocer su miseria propia y faltas, y enmendarse de ellas. Han durado mucho, y siempre con provecho espiritual. No veo por qué condenarlas; inclínome a tenerlas por buenas. Vuestra merced siga su camino”. Firmado Juan de Ávila, de Montilla, 12 de sept. De 1568 años.

Cuando le llegó la respuesta, a Santa Teresa le dió un gozo inmenso, por saber que un santo y hoy un Doctor de la Iglesia, había leido su Libro de la Vida y le daba total aprobación.

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