jueves, 12 de abril de 2012

PAZ A VOSOTROS. II Domingo de Pascua.15 abril






La fe de los Apóstoles en Jesús, el Mesias esperado, había sufrido una dura prueba por el escándalo de la cruz- Durante su detención, condena y muerte se habían dispersado.Ahora se encontraban reunidos, perplejos y desorientados. Pero el mismo Resucitado se presentó ante ellos, estando las puertas y ventanas cerradas. Fue una experiencia verdadera, aunque inesperada, y justo por esto particularmente conmovedora. Entró Jesús , se puso en medio y les dijo: "Paz a vosotros".






Ante su encuentro y aquellas palabras, se reavivó la fe casi apagada en sus ánimos. Los Apóstoles lo contaron a Tomás ausente: ¡Sí, el Señor ha cumplido cuanto había anunciado; ha resucitado realmente y nosotros lo hemos visto y tocado!






Tomás, sin embargo, permanece en sus dudas y no se lo cree. Cuando, ocho dias después, Jesús vino por segunda vez al cenáculo, le dijo a Tomás: "Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo sino creyente". Y la respuesta del apostol es una conmovedora profesión de fe: "¡Señor mio y Dios mio!".






Renovemos también nosotros esta misma profesión de fe. Los hombres de hoy esperan de los cristianos un testimonio renovado de fe en Jesucristo resucitado. Si en el apostol Tomás podemos encontrar las dudas y las incertidumbres de muchos cristianos de hoy, con él podemos redescubrir también, con renovada convicción, la fe en Cristo muerto y resucitado por nosotros. Jesús resucitado ya no muere más. El vive en la Iglesia y la guia firmemente hacia el cumplimiento de su designio eterno de salvación.






"Sus heridas nos han curado". Aquellas llagas que en un primer momento fueron un obstáculo a la fe de Tomás, porque eran signos del aparente fracaso de Jesús; aquellas mismas llagas se han vuelto, en el encuentro con el Resucitado, pruebas de un amor victorioso. Estas llagas que Cristo ha contraido por nuestro amor nos ayudan a entender quién es Dios y a repetir también nosotros;" Señor mio y Dios mío". Sólo un Dios que nos ama hasta cargar con nuestras heridas y nuestro dolor, es digno de fe.

1 comentario:

  1. Gracias por su exposición. La hemos difundido en nuestro blog: http://grupojovensantotomas.wordpress.com/

    Un saludo

    ResponderEliminar