miércoles, 1 de febrero de 2012

CURÓ A MUCHOS ENFERMOS. Domingo, 5 febrero

Apostol santo Tomás



DOMINGO ORDINARIO V B

Jesucristo aparece predicando en la región de Galilea, rodeado de gentes ansiosas de escucharle, y entre ellos, muchos enfermos. Venían con la esperanza de ser curados por Jesús, que tenía fama de compadecerse de los que sufrían y tenía un poder especial para curar de las más diversas enfermedades.- La curación de los enfermos es un testimonio por el que Jesús trata de convencer a la gente de su misión, como Hijo de Dios. Porque tales curaciones no podía hacerlas nadie más que él.- La curación de los enfermos es la prueba de que la mano de Dios actúa en Jesucristo, su Hijo...Curando a los enfermos nos descubre también la naturaleza y los destinatarios de la salvación que Cristo nos trae...
Los enfermos, y con ellos todos los pobres y los débiles de este mundo, son los primeros a quienes Jesús ofrece la salvación, su perdón y su misericordia. A Dios no se le puede atribuir la enfermedad ni el sufrimiento . Dios no puede querer más que lo mejor para los hombres...Eso es lo que nos demuestra Jesucristo: que Dios ama con entrañas de misericordia a todos los que sufren enfermedad y está muy cercano a ellos para infundirles ánimo, fortaleza y la salud.
La enfermedad es una realidad humana insoslayable. De ella aprendemos a conocer aspectos del hombre que pasan desapercibidos en la euforia del bienestar y de la salud. Cuando no se ha experimentado ninguna enfermedad seria o no se ha tenido contacto con el mundo de los enfermos, no conocemos la verdadera realidad humana. El enfermo experimenta la debilidad radical de su ser y de su existir. Descubre su pobreza radical y su dependencia de los demás...Ahí tiene que descubrir sus capacidades de sobreponerse y de sacar fuerzas de la flaqueza. Tiene que mantener la esperanza y las ganas de vivir, apoyándose en la confianza que le infunden los que le acompañan y sobre todo en la confianza en Dios que puede curarle.
La Iglesia a lo largo de los siglos ha querido reproducir la misericordia de Jesucristo por los que sufren, creando hospitales y ofreciendo sus servicios para aliviar y consolar a los enfermos. Esa actitud de Jesús con los enfermos es para los creyentes, para cada uno de nosotros, una pauta de nuestro comportamiento cristiano, que tenemos muchas ocasiones de ejercitar hoy. Los enfermos, los impedidos, los ancianos que no pueden valerse por si solos, constituyen una parte muy importante de nuestra sociedad. Son los que más necesitan de nuestro amor y de nuestros desvelos. Personas a quienes todo se lo debemos, merecen al menos el cariño y el acogimiento de sus familiares y de la sociedad.
Los cristianos que debemos imitar a Jesucristo y obrar a su imagen y semejanza, sabemos : - que los enfermos son objeto de la predilección y del amor de Jesucristo; que siguen siendo necesarios en la sociedad porque representan sentimientos y valores que sólo ellos pueden ofrecernos; que por sufrir en sus personas la debilidad y el dolor, acercándonos a ellos, podremos percibir el gozo de darnos a los demás y el gozo en ellos de sentirse comprendidos y reconocidos por lo que son, y un anticipo de la situación a la que podremos llegar

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