martes, 8 de noviembre de 2011

NUESTRA SEÑORA Y SAN JOSÉ ME VISTIERON UNA ROPA DE MUCHA BLANCURA Y CLARIDAD





Teresa, mientras los albañiles van adaptando la casa comprada para su nuevo convento, recibe unos regalos del cielo, que la van cercionando día a día de que su proyecto es viable y bendecido por Dios.


El día 12 de agosto de 1561, fiesta de santa Clara, se le aparece esta santa con mucha hermosura, y le habló directamente:"Dijome que me esforzase y fuese adelante en lo comenzado, que ella me ayudaría. Yo la tomé gran devoción, y ha salido tan verdad, que un monasterio de monjas de su Orden, que está cerca de éste ,nos ayuda a sustentar, y vivimos de limosna, y debe por ventura ser por ruegos de esta bendita Santa, que sin demanda ninguna nos provee Su Majestad muy cumplidamente lo necesario".


Pero, tres dias después, el dia de la fiesta de Nuestra Sra. de la Asunción, tuvo una visión mucho mas inesperada que la anterior. Estando en la iglesia de Santo Tomás , a donde ella solía ir a confesar sus pecados, de repente se ve que la Virgen por una punta y san José por la otra la ponen una capa blanca, que interpreta como signo de la blancura de su alma. Y más aún, le cuelgan en el cuello un collar de oro con la cruz. La escuchamos.



"Estando en estos mismos dias, el de nuestra Señora de la Asuncion, en un monasterio de la orden del glorioso Santo Domingo, estando considerando los muchos pecados que en tiempos pasados había en aquella casa confesado y cosas de mi ruín vida, vínome un arrobamiento tan grande, que casi me sacó de mí. Me senté y me pareció estando así, que me veía vestir una ropa de mucha blancura y claridad. Y al principio no veía quién me la ponia.Despues vi a nuestra Señora., hacia el lado derecho, y a mi padre San José al izquierdo, que me vestían aquella ropa. Se me dio a entender que estaba ya limpia de mis pecados. Acabada de vestir, y yo con grandísimo deleite y gloria, luego me parecio asirme de las manos nuestra Señora. Me dijo que le daba mucho contento en servir al glorioso san Jose, que creyese que lo que pretendía del monasterio se haría y en él se serviría mucho al Se;or y ellos dos, porque ellos nos guardarian".


"Parecía haberme echado al cuello un collar de oro muy hermoso, asida una cruz a él de mucho valor. Este oro y piedras es tan diferente de la de acá, que no tiene comparación" (V 33, 13-14).


Sorprende que mientras los humanos critican y entorpecen el proyecto del nuevo convento, Teresa recibe los aplausos y las bendiciones de los santos, como Clara, la Virgen María y san Jose, con muestras tan evidentes . Seguiremos. Con un cordial saludo , Nicolás

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