miércoles, 8 de junio de 2011

TAN IMPRIMIDA QUEDA AQUELLA MAJESTAD Y HERMOSURA, QUE NON SE PUEDE OLVIDAR



La fe y el amor que santa Teresa profesa a Jesucristo llegan a su plenitud cuando nos dice que tiene una especie de revelación o manifestación en la que"ve" al Hijo de Dios e hijo del Hombre con un sexto sentido interior.






Así como por el sentido del tacto, la persona percibe el frio cuando la mano se posa sobre una placa de hielo, y siente algo así como si el hielo quedara impreso en la palma de la mano, Teresa dice que la belleza y majestad de Jesucristo se le imprimían en el alma, con tan realismo y adhesión que se queda arrobada, como en éxtasis, enajenada de los sentidos exteriores.



Por eso la experiencia religiosa Teresa nos lleva a una más plena interiorización y apropiación personal de Jesucristo, que invada el espesor de la vida diaria, como un todo unitario de la oración y el trabajo.La escuchamos:



"Represéntase tan Señor de aquella posada (el alma), que parece toda deshecha el alma: se ve consumir en Cristo.¡Oh Jesús mio, quién pudiera dar a entender la majestad con que os mostrais! Y cuán Señor de todo el mundo y de los cielos, y de otros mil mundos, y sin cuento mundos y cielos que Vos criaseis; y entiende el alma, según con la majestad que os representais, que no es nada, para ser vos Señor de ello".


"Veo que quereis dar a entender al alma cuán grande es, y el poder que tiene esta sacratísima Humanidad jundo con la Divinidad. Aquí se representa bien qué será el día del juicio ver esta majestad de este Rey, y verle con rigor para los malos; aquí es la verdadera humildad que deja en el alma de ver su miseria, que no la puede ignorar; aquí la confusión y verdadero arrepentimiento de los pecados, que aún con verle que muestra amor, no sabe a donde se meter; y así se deshace toda".



"Digo que tiene tan grandísima fuerza esta visión, cuando el Señor quiere mostrar al alma mucha parte de su grandeza y majestad, que tengo por imposible, si muy sobrenatural no la quisiese el Señor ayudar, con quedar puesta en arrobamiento y éxtasis ; sería, como digo, imposible sufrirla ningún sujeto.¿ Será verdad que se olvide despué?"



"Tan imprimda queda aquella majestad y hermosura, que no es posible poderlo olvidar, si no es cuando quiere el Señor que padezca el alma una sequedad y soledad grande. Queda el alma otra, siempre embebida...Con los ojos del alma se ve la excelencia y hermosura y gloria de la santísima Humanidad, y se nos da a entender cómo es Dios y poderoso, y que todo lo puede y todo lo manda y todo lo gobierna y todo lo hinche de amor"( V 28, 9).




El encuentro con Cristo, la familiaridad y la comunión que se profundizan con El en el camino de la fe,se viven como experiencia de una sorprendente novedad de vida, de la que Teresa de Ávila es un testigo excepcional.Nicolás González






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