lunes, 9 de mayo de 2011

VI A CRISTO JUNTO A MI Y QUE ME HABLABA






Jesucristo resucitado se apareció a sus apóstoles, a los dos de Emaús, y por último a san Pablo en el camino de Damasco. Se aparece, les habla, come con ellos, y ellos le ven a su lado y le oyen. Jesús ya no tiene la corporeidad física como antes de morir, pero es una persona real, viviente, aunque no sometida a las leyes de la gravedad, del espacio ni del tiempo.




A Teresa de Ahumada se le aparece también Jesús resucitado. Vamos a transcribir la primera Visión de Jesucristo que tuvo santa Teresa, el día 29 de junio de 1560. Le ve a su lado, le oye, le siente, pero no acierta a explicarlo cómo fue. De lo que sí está absolutamente segura es que Jesucristo se le apareció, y su conciencia tuvo una noticia de ello más clara que el sol. Lo veía claro.Lo sentía muy cloaro. La escuchamos:



"Estando un día del glorioso San Pedro en oración, ví cabe mi, o sentí -por mejor decir- que con los ojos del cuerpo ni del alma no vi nada, más pareciome estaba junto cabe mi Cristo y veía ser El el que me hablaba, a mi parecer. Yo, como estaba ignorantísima de que podía haber semejante visión, dióme gran temor al prncipio y no hacía sino llorar, aunque en diciéndome una palabra sola de asegurarme, quedaba como spolía, quieta y con regalo y sin ningún temor"-



"Parecíame andar siempre a mi lado Jesucristo, y como no era visión imaginaria, no veía en qué forma; más estar siempre al lado derecho, sentíalo muy claro, y que era testigo de todo lo que yo hacía, y que ninguna vez que me recogiese un poco, o no estuviese muy divertida, podía ignorar que estaba cabe mí...El confesor me dijo que cómo sabía yo que era Cristo. Yo le dije que no sabía cómo, mas que no podía dejar de entender estaba cabe mi y lo veía claro y sentía, y que el recogimiento del alma era muy mayor en oración de quietud y muy continua, y los efectos que eran muy otros que solía tener y que era cosa muy clara"(V27, 2-3).


Por eso, Benedicto XVI acaba de escribir "que hay modalidades de la venida de Cristo que hacen época (en la historia del Cristianismo). El impacto de dos grandes figuras -Francisco y Domingo- entre los siglos XII y XIII, ha sido un modo en que Cristo ha entrado de nuevo en la historia, haciendo valer de nuevo su palabra y su amor. Algo parecido podemos decir de las juguras de los santos del siglo XVI: Teresa de Ávila, Juan de la Cruz, Ignacio de Loyola, Francisco Javier, llevan consigo nuevas irrupciones del Señor en la historia confusa de ese siglo.



Amigos, que santa Teresa nos aproxime a Jesucristo para que El nos haga sentir el gozo y la luz de su compañía en nuestra vida, con un cordial saludo. P.Nicolás González

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