lunes, 6 de septiembre de 2010

ERA YO MUY DEVOTA DE LA GLORIOSA MAGDALENA




Los santos Evangelios narran la historia de María Magdalena. La describen como una joven que había gozado a tope de la vida, sin ningún control moral. Pero un día, escuchando a Jesucristo, descubrió su mensaje de salvación, confrontó su vida con la verdad que predicaba, y se vió afeada por el mal.


Si eran bienaventurados los limpios de corazón, ella era una pobre desgraciada. Se vió mujer a la altura de hombres tan ruines como ella, cansada de ser como tantos, y decidió iniciar una vida diferente. Le busco al Maestro en casa de una familia amiga, sentado a la mesa, observó sus pies heridos , se arrojó al suelo, los besó y lloró por sus pecados.


Así estuvo un largo rato inmovil, de rodillas, hasta que Maestro la invitó a alzarse con gestos y palabras que ella pudiera retener eternamente. Los demás comensales parecían ajenos, porque aquel acontecimiento amoroso era cosa de dos, y sólo los protagonistas podían entenderlo.


Teresa quiso revivirlo mentalmente, pero tan al vivo, como si viera al mismísimo Jesucristo con sus ojos y palpase sus pies con las manos. Y llorar, llorar...María Magdalena lo hizo una vez- Teresa, muy muchas. La motivación era misma, despedir una forma de vida, e iniciar otra nueva,dándose del todo al Señor, fijándose bien en lo hacía y predicaba para imitarle.

La escena la podemos revivir cualquiera de nosotros. El encuentro a solas con Jesucristo puede cambiar nuestra vida, siempre a mejor.

Teresa quiere ser otra María Magdalena, según lo dejó escrito en el Libro de la Vida:


Era yo muy devota de la gloriosa Magdalena, y muy muchas veces pen saba en su conversión, en especial cuando comulgaba. Que, como sabía estaba allí cierto el Señor dentro de mí, poníame a sus pies, pareciéndome no erean de desechar mis lágrimas.


Y no sabía lo que decía, que harto hacía quien por Sí me las consentía derramar, pues tan presto se me olvidaba aquel sentimiento, y encomendábame a esta gloriosa Santa para que me alcanzase perdón.


Mas esta postrera vez ante esta imagen que digo (la del Cristo muy llagado), me parece me aprovechó más, porque estaba ya muy desconfiada de mí y ponía toda mi confianza en Dios. Paréceme le dije entonces, que no me había de levantar de allí hasta que hiciese lo que le suplicaba. Creo cierto me aprovechó, porque fui mejorando mucho desde entonces (V 9,2-3).


Teresa de Jesús

1 comentario:

  1. El párrafo que define su entrada, para mi es este: "despedir una forma de vida e iniciar otra nueva,dándose del todo al Señor, fijándose bien en lo hacía y predicaba para imitarle."
    Gracias por su meditación,es muy valiosa para mi.

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